viernes, 31 de agosto de 2012

Nice to meet you



      Levantó su espada con la única intención de sumar otra vida a las ya innumerables, sesgadas por su acero. Fue en ese momento cuando la vio surgir entre los aullidos y golpes propios de la batalla, melena roja al viento, casi juraría haberla visto emerger de las llamas del fuego que amurallaban las laderas de las montañas, como si de "La Hija del Fuego" se tratara.
     Su espada golpeó el suelo al tenerla enfrente y balbuceó pobremente "¿Quién sois? ¿Qué hacéis aquí?". Ella miró alrededor y con una brillo vehemente en los ojos, habló:

- Hay quien dice que la sangre huele a miedo, derrota y muerte. Yo, sin embargo, huelo la vida, la pasión con la que un guerrero empuña su espada, encomendando su vida a un fin mayor que la propia existencia, delegando su vida a los Dioses y por tanto, convocando con su concentración y fuerza en el campo de batalla a Sigrföôr.
También dicen que la muerte es una bella dama, decidme, ¿Vos que pensáis?

- Yo.... yo... ¿Sois la muerte?

- ¡Por Odín! No entendisteis nada...

     De entre sus ropajes levantó un hacha de doble filo y como si de una pluma se tratase la alzó para que los rayos del Sol pudieran bañar las afiladas hojas de su arma y con un leve y grácil movimiento, casi como un paso de baile, sesgó su cabeza, haciéndola rodar por el campo de batalla y tiñéndola a ella de sangre, guardó de nuevo su hacha y se dirigió hacia su siguiente cometido.

- ¿Quién sois? ¿Qué hace una hermosa dama como Vos  cubierta de mugre y sangre en un lugar como éste?

     De nuevo miró a su alrededor y una voz grave habló en su cabeza "Deja de jugar, hija mía", suspiró y con un golpe seco de su hacha en el pecho de su oponente dijo:



  -    SOY SKULD, SALUDA A TUS DIOSES