jueves, 14 de febrero de 2013

14 de febrero

Este olor a gasolina que me quema el pecho y me inunda los pulmones de falsos te quieros, atragantándome entre corazones, bombones y flores. Hoy es 14 de febrero y tu soga con forma de osos de gominola, hoy me aprieta más que nunca, quemando mi piel ahí donde las velas encendidas encima de la mesa, me iluminan.
Es una cena romántica, mi vida. Me dices con esa sonrisa que trata de maquillar mis golpes y heridas. Acercas tu mano a la mía. 
La he preparado yo mismo, dices dulcemente, dulce como el fuego que me está quemando.
Pues olvídate de ella. Y cogiendo el picahielos en forma de corazón, hundo el hierro frío entre tus falanges, la sangre llena de color rojo la habitación ya de por sí repleta del horror vacui que inunda tu oscura sombra este día.
Mírame bien, recuerda esta cara cada noche de tu vida, cuando la oscuridad llegue a tu cama y las risas de las mujeres que trataste de apresar con tu amor de palabra escrita, con tus corazones de cartulina y tu soberbia de macho alfa, se claven en tu piel. Esta noche, será la última que veas tu asqueroso reflejo en un espejo mágico que repite que eres el más guapo.
Recuerda esta cara porque hoy sabrás lo que es el romanticismo en una noche de tormenta, de lluvia dentro de mi alma, que amaina, amaina con cada golpe asestado contra tu maldita boca llena de agresiones y falsas disculpas.
Este olor a gasolina me limpia por dentro, me recicla y me convierte en una mujer nueva, en una mujer libre. Cojo la carta con forma de corazón antes de que el fuego la devore y recuerdo, "El amor es el opio de la Mujer". Sonrío y grito, sacando fuera ese opio que me envenena.

Creo que me voy a tomar una cerveza.



Feliz San Valentín.